viernes, 2 de diciembre de 2011

Bastan milésimas para perder el control, el resto del segundo simplemente sobra.

En momentos como estos, los recuerdos que se quieren tener son muy exclusivos. Hay personas que pueden llegar a pensar que una vida se compone de la cantidad de cosas que se han hecho, y yo les digo simplemente que se equivocan.

Simplemente no, ahora, más que nunca, sé que una vida se compone de los momentos en los que te sentiste arder, como si miles de hojas secas se prendieran de pronto dando de lado a la razón, una vida se compone de los momentos en que notaste una presión desde la boca del estómago hasta la garganta.

Sé mejor que nadie, y ahora más que nunca, que mi vida se compone de la cantidad de veces que sentí perder el aliento de golpe, sabiendo que amaba a alguien. Sin más.

4 comentarios:

  1. Me viene a la cabeza la típica frase: "lo bueno de la vida no son las veces que respiras, sino aquellas en que te quedas sin aliento"

    Pero vamos, que tu forma de expresar la idea vale mil veces más que esa cursilada :)

    ResponderEliminar
  2. Perdí el control,saqué provecho de cada error. Cada golpe una lección; cada lección un nuevo sendero.
    Hoy sigo caminando a ciegas.

    ResponderEliminar
  3. desde la boca del estomago hasta la garganta... =)

    ResponderEliminar