martes, 17 de enero de 2012

Tender is the night

La cubierta del Blue Coast, uno de los barcos de recreo más frecuentados por las familias de clase media-alta de toda Europa y Norteamérica, era barrida suavemente por una brisa estival, fresca y suave, acompañada por el leve murmullo de los motores, y el agua rasgada por el avance del crucero. El ruido de los motores era apenas audible, y las sombras de las grandes chimeneas, que habían disminuido su humear hacía unas horas, proyectaban unas sombras que oscurecían la parte de la cubierta donde yo me encontraba esperando, de pie e impaciente, a que ella llegara.

Me apoyé con los codos sobre la barandilla y me encendí un cigarrillo. Desde aquel lugar podía escuchar el ruido de la fiesta, la música, el Champagne descorchándose, los gritos y las canciones que mis familiares cantaban, ya con una borrachera considerable,afanándose en pasarlo bien antes de volver a sus vidas en el lejano continente americano. Delante de mí se extendía el Mediterráneo, nocturno y veraniego, con su quietud de aguas característica y su suave brisa salina. De improviso, unas manos me abrazaron por la espalda y yo, casi instintivamente, tiré mi cigarrillo al mar y sonreí.

-Ya creía que no ibas a venir nunca- dije suavemente mientras ella apoyaba su mejilla en mi hombro, melosa.

1 comentario:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=SaHrqKKFnSA&ob=av2e

    Espero que te guste tanto como a mí esta entrada!

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