La pena podría inundar
y desbordar el mundo.
Nunca antes odié tanto
como amé al que
tenía delante de mí.
Y es que,
eres tú la insondable
profundidad de este lago de tierra,
con tus llamas, tus pasiones y tus penas,
que de tanto calentar,
me queman. En medio
del vapor de la difusa amistad
compartida.
Paz y remiendos,
con esa ambigua sensación
del amor a flor de piel,
y la lengua, presa
entre los dientes.
Te odio tanto
porque nunca imaginé
que la dependencia existía,
hasta que me presentaste
ese tambor que suena,
a ritmo constante, en tu pecho.
Te odio tanto porque nunca pensé, que la soledad, contigo cerca (a mi vera, delante, detrás, arriba o abajo),
se convirtiera en algo tan sumamente relativo
Dios!! Es genial, tiene versos inmortales!!
ResponderEliminarNo quiero que dentro de unos meses me vengas diciendo que es mierda porque me acabas de enamorar ;)