lunes, 31 de octubre de 2016

Manchas de tinta azul


-Y aquí el personaje se da cuenta de que la quiere- dijo mientras apartaba sus manos del papel y las llevaba a la cerveza.
Mientras él bebe, ella se fija en las manchas de sus dedos.
-Pero es raro, ¿cómo lo va a saber ella?
Ahora él fuma y la mira. Pierde el habla un momento. Interroga con la mirada.
-Quiero decir. Si siempre han estado con ideas opuestas y sus ideas son antiguas...
Mientras, él pedía que no le entendiera, solo que se emocionara.
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"Una vez se habían encontrado en un paso de peatones. Se habían reconocido, pero se saludaron como dos extraños. Ella había visto la tierra y él las velas que anunciaban el casco de los galeones."
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Las posiciones son contrarias pero las ideas son antiguas.
Los dedos seguían manchados de tinta.
Sacó un cigarro y lo encendió.
"Ahí es cuando él se da cuenta de que la quiere."
"¿Y ella lo sabe?"
"Eso da igual."
"No puede dar igual."
Ella mira entonces los anillos de sus dedos, reales e imaginados. Fuma.
"Da igual en ese momento, porque lo sabe de antes. Han pasado años y está más viejo. Ella lo sabe." se reafirma.
A pesar de la cerveza sus gestos son seguros.
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-¿Y si ella hubiera muerto?
-Solo preguntas tonterías. La cuestión es que la quiere. No importa si no se entiende- afirma-. Él la quiere, y ella le mira los dedos manchados de tinta. Y tras años sin fumar, de repente, le apetece un cigarrillo.
Ella entiende que tiene que quererle y le mira, con sus dedos manchados de tinta azul, sus cañas vacías y su cigarro a punto de consumirse.