domingo, 30 de diciembre de 2012

Benedetti desde mi silla

NOTA: Las "c" son "s" hasta el "ti" poco después vuelven a intercambiarse los papeles. Se recomienda (sin ser imprescindible) que se haya escuchado algún poema de Benedetti de su propia voz en youtube o donde se tenga a bien. "Por ahí nomás"= "Quizás tan solo"

NOTA 2: El título se lo pedí prestado a Cortázar de una cita o un cuentito más o menos famoso. Cortázar me dijo que no le importaba.


No me engañas, tú y yo preferimos las historias que son complicadas
explícame si no ¿por qué tras decirme "adiós" siempre llamas?
pero acabo mudo cuando dices "no digas bobadas,
no creas que cuando termina todo una historia se acaba".- Amor recalentado- Marwan



Creo que decidí hace apenas unos segunditos que no voy a pensarlo más, o más bien a otorgar más importancia a este asunto, que es nuestro. También decidí que trataré de escribir esto mientras me lo dicto con un dulce acento latinoamericano, quizás imaginando que lo lee y revisa Benedetti, desde el más allá y desde mi estilográfica electrónica.
Seré breve, ya que todo lo que yo te pueda decir, me parece una absurda repetición. Ya dejé claro, y no hace mucho, lo que siento por vos, y quizás el florecimiento de este acentito que me sale de dentro me empuje a expresarlo de alguna forma más suave, linda. Siento por vos algo que no entiendo a ciencia cierta, pero desde que pronunciaste tu nombre, noté algo dentro de vos, no sé... por ahí nomás fue una sensación errada... pero por las dudas, sigo creyendo que sos linda, y que tenés algo muy hermoso en tu interior, aún cuando yo no pueda determinar de qué se trata.

Compartimos, quizás desde que nos empezamos a conocer, una relación cercana a la amistad, con el amor como edulcorante, algo más que menos, pero algo menos que más. Una especie de amor revolucionario, explosivo, que vino a crear un temblor, un remolino que fue alcanzando poco a poco unos círculos más amplios del entorno que nos rodea.
Hablando claro, fuimos unos subversivos fuera de lo común, unos locos, y quizás ahora seamos unos moribundos de amor. Son muchos los discursos de la Revolución, sus proclamas y premisas. "Patria o Muerte"... Yo hubiera querido hacer mi Patria revolucionaria en ti, aún a sabiendas de que hay revoluciones que triunfan (tristemente las que menos), y otras que no alcanzan sus fines, pero que dejan un reguero de efemérides que dibujan una bonita sonrisa en el alma.

Yo no quiero seguir escribiendo porque te dije en su momento que te quiero, e incluso tú me lo dijiste. Y ahora comprendo que no me valdrá con tratar de tener la relación que jamás tuvimos, y seguir redundando y redundando, pues no es más que una pérdida de tiempo que podemos malgastar en algo más sano. Pues lo básico está ahí, y de tanto redundar estoy dejando de pensar con el registro latinoamericano y he vuelto al registro castellano, y esto decae.

Me retracto y corrijo desde el fallo: Yo querría construir mi Patria revolucionaria en vos (y junto a vos), aún con el riesgo que podría acarrear.
Y no valdrá con tratar de tener aquella relación que jamás tuvimos, porque no estoy dispuesto.
"Patria o Muerte"
No es cuestión de si vos, o si yo, sino de que te quiero si me querés, y fin. Y acá, llegados a esta coyuntura, solo me cabe una premisa:
"O Nosotros, o Ninguno"


Con el anhelo dirigido hacia ti
yo estaba sólo, en un rincón del café
cuando de pronto oí unas alas batir,
como si un peso comenzara a ceder,

se va,
se va,
se fue…- Se va, se va, se fue- Jorge Drexler

jueves, 27 de diciembre de 2012

Y sin embargo

"Ni tan arrepentido ni encantado,
de haberme conocido, lo confieso
tu que tanto has besado, tú,
que me has enseñado."

Porque sin ser para tanto ni para tan poco, ni tan siquiera para uno u otro, ni para los dos, van encontrando y definiendo la posición de sus vigías y murallas. Mientras que el subconsciente va empujando y sustituyendo los protagonismos que pervivían entre sus sábanas, dejando pasar el aire, sin saber si lo eligió él, o ella, o es todo una tontería de canciones tristes que tanto aman, para situaciones difíciles que no terminan de definir conclusiones, o finales definitivos. Cayeron presos de la Burocracia del corazón, y por eso se mataron.

"Sabes mejor que yo,
que hasta los huesos,
solo calan los besos
que no has dado"

Y es que se cercenaron quizás muy pronto, como dos jugadores de ruleta rusa que juegan con todas las balas menos una, se boicotearon las ganas sin apenas haberlo predicho, sin apenas esperarlo, y sin saber si lo querían.

"Porque una casa sin ti es una embajada
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto sin luz ni vino tinto,
velo de alquitrán en la mirada
y me envenenan los besos que voy dando "

Y se tira en su silla de despacho, y mientras pone los pies en alto sobre la mesa, cruza las manos y mira por la ventana. Se queda viendo cómo los pájaros se mueven en grupos, y se pone a pensar en todo lo que se pueden perder dos locos por no querer seguir tirando de un ovillo, por no querer desenredar unos hilos que ya de por sí van a estar llenos de nudos. Piensa, casi sin querer, y sin importar demasiado, en la vida que no vivió, piensa en la vida que va a perderse. Ahora se pone a mirar desde el balcón de su casa, en la que conserva las sábanas compartidas sin haberlas limpiado aún, reservadas en un cajón de la parte derecha del último cajón de su armario, por si acaso algún día resucitaran en su mente las ganas o los recuerdos. Y se acordara de todos los nudos y de los hilos liados sin querer, con cada vez más nostalgia y menos ganas.

"Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina,
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno mas uno,
y el lunes al café del desayuno
vuelve la Guerra Fría,
y al cielo de tu boca el purgatorio,
y al dormitorio el pan de cada día"  - Y sin embargo - Joaquín Sabina

lunes, 10 de diciembre de 2012

"No sabes nada, ..."

Me voy a volver a sentar, porque total, aún quedan cerca de treinta minutos para la próxima evaluación.
La cafetería de la estación de autobuses no es triste, tiene un cierto ambiente nostálgico, y otorga una melancolía extraña hacia un pasado de gloria o vete tú a saber.
Creo que fue exactamente aquí, sí, fue justo aquí. Más allá se sentaban la pareja de viejos  el uno al lado del otro, dándose la mano tiernamente mientras removían el café y veían ese documental de minerales cristalizados con narradores soporíferos. Algo más acá se sentaba un matrimonio mayor, con un hijo que debía rondar la veintena, y algo más allá, al lado de la salida, se sentaba siempre un viejo solo, un hombre de aspecto taciturno y mucho más nostálgico que el resto, más melancólico que la cafetería en sí misma.
Pero fue en esa mesa, donde se sienta nuestro personaje, donde se le dio punto y final a una historia que podría estar a la mitad. Aquel día acababa de leer ese tomo de la saga de ficción épica que tanto le gustaba y maldecía, con algo de lástima, por la historia de amor truncado del joven bastardo.
-Así nos salvaremos el uno al otro, nos conservaremos- decía ella quedamente, como con miedo a que alguien los escuchara.
El personaje no entendía muy bien nada, no había ni siquiera que decir aquellas cosas, no había que finiquitar nada, se suponía que no había que frenar nada, ahí estaba el tema, no pensar, no sentir más que con el cuerpo, y la cabeza para lo justo. Él no entendía bien qué iban a conservar si se quitaban las esquinas básicas, si se quitaban algo de una X que ni siquiera se despejaba.
"Corre, corre, Corazón..." empezaba a sonar en la radio, una triste y comercial balada mexicana (y que conste que lo dijo el locutor, nada que ver con nuestros personajes), y lo repetía una y otra vez.
Acordaron recortarse, sin acritud ni asperezas, se gustaban y, en cierto modo, se complementaban en tristezas y alegrías. Los personajes podrían haberse explorado más profundamente, si hubieran querido dar pie a más mañanas de sábanas entre pieles, o como sea el orden sábana-piel piel-sábana.
Algo incrédulo se quedó el personaje, y sin embargo y con una triste sorpresa, cuando ella ya se había marchado, se dio cuenta de que empezaba a darle un poco igual, no solo ella, sino un poco todo, a la mierda.

Y en su cabeza solo resonaban las palabras que una triste personaje, que marcó con su repentina aparición y desaparición la vida de otro triste personaje, todo sacado de "la novela río más espectacular jamás escrita" (según numerosas revistas de crítica literaria y semanarios culturales): "No entiendes nada, Jon Nieve". El personaje no entendía, no comprendía si alguno de los dos acababa ganando algo, ni quién fue el que abandonó, ni si lo hizo antes de tiempo, ni quién coño es el muerto, el perdedor.

[...]
le prometí el cielo
y nos quedamos en las nubes
y yo perdido en tu paraíso de lunares
entre tus círculos[...]- Lejos del Cielo, Suite Soprano & Cheb Rubën

lunes, 3 de diciembre de 2012

Salida de Emergencia

Ven, le dije, ponte aquí, solo tienes que enfilar bien el pasillo y confiar en mí ¿Ves la ventana, visualizas el salto, la luz? ¿La que entra por la ventana del fondo? Sí, ésa, enfílala. ¿Qué tengo que hacer? Lo primero, armarte de valor, ¿Tienes valor suficiente? (Y una duda cruzó como una centella sus ojos). Tienes que enfilar el pasillo y correr lo más rápido que puedas, tienes que romper la barrera de la racionalidad, tienes que visualizar el salto. ¿No me voy a hacer daño? Solo si piensas, si te decides a correr, no pienses, no puedes dejar que asome ni un solo pensamiento. ¿Qué pasaría? Eso no importa ahora, porque lo harás bien, solo concéntrate, y acepta que a partir de aquí no sabes nada. ¿Y cuando salte? Pues cuando pises el alfeizar tuerce a la derecha, que yo te recojo desde mi habitación ¿Puedes estar en dos lugares a la vez? Claro que sí ¿Acaso no estoy ahora mismo en tu mente y allá? Prepárate y corre ¿Y si lo hago mal? Pues te habrás tirado al vacío de lo desconocido, que es como un pozo que no se sabe ni cuantos metros se acerca al infierno ni si tiene agua para amortiguar los golpes.  Yo no quiero que me pase eso. Pues no lo pienses, le dije, no pienses más y corre. Y ármate de valor, y si dudas, ni lo intentes y olvídalo todo.