domingo, 30 de diciembre de 2012

Benedetti desde mi silla

NOTA: Las "c" son "s" hasta el "ti" poco después vuelven a intercambiarse los papeles. Se recomienda (sin ser imprescindible) que se haya escuchado algún poema de Benedetti de su propia voz en youtube o donde se tenga a bien. "Por ahí nomás"= "Quizás tan solo"

NOTA 2: El título se lo pedí prestado a Cortázar de una cita o un cuentito más o menos famoso. Cortázar me dijo que no le importaba.


No me engañas, tú y yo preferimos las historias que son complicadas
explícame si no ¿por qué tras decirme "adiós" siempre llamas?
pero acabo mudo cuando dices "no digas bobadas,
no creas que cuando termina todo una historia se acaba".- Amor recalentado- Marwan



Creo que decidí hace apenas unos segunditos que no voy a pensarlo más, o más bien a otorgar más importancia a este asunto, que es nuestro. También decidí que trataré de escribir esto mientras me lo dicto con un dulce acento latinoamericano, quizás imaginando que lo lee y revisa Benedetti, desde el más allá y desde mi estilográfica electrónica.
Seré breve, ya que todo lo que yo te pueda decir, me parece una absurda repetición. Ya dejé claro, y no hace mucho, lo que siento por vos, y quizás el florecimiento de este acentito que me sale de dentro me empuje a expresarlo de alguna forma más suave, linda. Siento por vos algo que no entiendo a ciencia cierta, pero desde que pronunciaste tu nombre, noté algo dentro de vos, no sé... por ahí nomás fue una sensación errada... pero por las dudas, sigo creyendo que sos linda, y que tenés algo muy hermoso en tu interior, aún cuando yo no pueda determinar de qué se trata.

Compartimos, quizás desde que nos empezamos a conocer, una relación cercana a la amistad, con el amor como edulcorante, algo más que menos, pero algo menos que más. Una especie de amor revolucionario, explosivo, que vino a crear un temblor, un remolino que fue alcanzando poco a poco unos círculos más amplios del entorno que nos rodea.
Hablando claro, fuimos unos subversivos fuera de lo común, unos locos, y quizás ahora seamos unos moribundos de amor. Son muchos los discursos de la Revolución, sus proclamas y premisas. "Patria o Muerte"... Yo hubiera querido hacer mi Patria revolucionaria en ti, aún a sabiendas de que hay revoluciones que triunfan (tristemente las que menos), y otras que no alcanzan sus fines, pero que dejan un reguero de efemérides que dibujan una bonita sonrisa en el alma.

Yo no quiero seguir escribiendo porque te dije en su momento que te quiero, e incluso tú me lo dijiste. Y ahora comprendo que no me valdrá con tratar de tener la relación que jamás tuvimos, y seguir redundando y redundando, pues no es más que una pérdida de tiempo que podemos malgastar en algo más sano. Pues lo básico está ahí, y de tanto redundar estoy dejando de pensar con el registro latinoamericano y he vuelto al registro castellano, y esto decae.

Me retracto y corrijo desde el fallo: Yo querría construir mi Patria revolucionaria en vos (y junto a vos), aún con el riesgo que podría acarrear.
Y no valdrá con tratar de tener aquella relación que jamás tuvimos, porque no estoy dispuesto.
"Patria o Muerte"
No es cuestión de si vos, o si yo, sino de que te quiero si me querés, y fin. Y acá, llegados a esta coyuntura, solo me cabe una premisa:
"O Nosotros, o Ninguno"


Con el anhelo dirigido hacia ti
yo estaba sólo, en un rincón del café
cuando de pronto oí unas alas batir,
como si un peso comenzara a ceder,

se va,
se va,
se fue…- Se va, se va, se fue- Jorge Drexler

jueves, 27 de diciembre de 2012

Y sin embargo

"Ni tan arrepentido ni encantado,
de haberme conocido, lo confieso
tu que tanto has besado, tú,
que me has enseñado."

Porque sin ser para tanto ni para tan poco, ni tan siquiera para uno u otro, ni para los dos, van encontrando y definiendo la posición de sus vigías y murallas. Mientras que el subconsciente va empujando y sustituyendo los protagonismos que pervivían entre sus sábanas, dejando pasar el aire, sin saber si lo eligió él, o ella, o es todo una tontería de canciones tristes que tanto aman, para situaciones difíciles que no terminan de definir conclusiones, o finales definitivos. Cayeron presos de la Burocracia del corazón, y por eso se mataron.

"Sabes mejor que yo,
que hasta los huesos,
solo calan los besos
que no has dado"

Y es que se cercenaron quizás muy pronto, como dos jugadores de ruleta rusa que juegan con todas las balas menos una, se boicotearon las ganas sin apenas haberlo predicho, sin apenas esperarlo, y sin saber si lo querían.

"Porque una casa sin ti es una embajada
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto sin luz ni vino tinto,
velo de alquitrán en la mirada
y me envenenan los besos que voy dando "

Y se tira en su silla de despacho, y mientras pone los pies en alto sobre la mesa, cruza las manos y mira por la ventana. Se queda viendo cómo los pájaros se mueven en grupos, y se pone a pensar en todo lo que se pueden perder dos locos por no querer seguir tirando de un ovillo, por no querer desenredar unos hilos que ya de por sí van a estar llenos de nudos. Piensa, casi sin querer, y sin importar demasiado, en la vida que no vivió, piensa en la vida que va a perderse. Ahora se pone a mirar desde el balcón de su casa, en la que conserva las sábanas compartidas sin haberlas limpiado aún, reservadas en un cajón de la parte derecha del último cajón de su armario, por si acaso algún día resucitaran en su mente las ganas o los recuerdos. Y se acordara de todos los nudos y de los hilos liados sin querer, con cada vez más nostalgia y menos ganas.

"Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina,
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno mas uno,
y el lunes al café del desayuno
vuelve la Guerra Fría,
y al cielo de tu boca el purgatorio,
y al dormitorio el pan de cada día"  - Y sin embargo - Joaquín Sabina

lunes, 10 de diciembre de 2012

"No sabes nada, ..."

Me voy a volver a sentar, porque total, aún quedan cerca de treinta minutos para la próxima evaluación.
La cafetería de la estación de autobuses no es triste, tiene un cierto ambiente nostálgico, y otorga una melancolía extraña hacia un pasado de gloria o vete tú a saber.
Creo que fue exactamente aquí, sí, fue justo aquí. Más allá se sentaban la pareja de viejos  el uno al lado del otro, dándose la mano tiernamente mientras removían el café y veían ese documental de minerales cristalizados con narradores soporíferos. Algo más acá se sentaba un matrimonio mayor, con un hijo que debía rondar la veintena, y algo más allá, al lado de la salida, se sentaba siempre un viejo solo, un hombre de aspecto taciturno y mucho más nostálgico que el resto, más melancólico que la cafetería en sí misma.
Pero fue en esa mesa, donde se sienta nuestro personaje, donde se le dio punto y final a una historia que podría estar a la mitad. Aquel día acababa de leer ese tomo de la saga de ficción épica que tanto le gustaba y maldecía, con algo de lástima, por la historia de amor truncado del joven bastardo.
-Así nos salvaremos el uno al otro, nos conservaremos- decía ella quedamente, como con miedo a que alguien los escuchara.
El personaje no entendía muy bien nada, no había ni siquiera que decir aquellas cosas, no había que finiquitar nada, se suponía que no había que frenar nada, ahí estaba el tema, no pensar, no sentir más que con el cuerpo, y la cabeza para lo justo. Él no entendía bien qué iban a conservar si se quitaban las esquinas básicas, si se quitaban algo de una X que ni siquiera se despejaba.
"Corre, corre, Corazón..." empezaba a sonar en la radio, una triste y comercial balada mexicana (y que conste que lo dijo el locutor, nada que ver con nuestros personajes), y lo repetía una y otra vez.
Acordaron recortarse, sin acritud ni asperezas, se gustaban y, en cierto modo, se complementaban en tristezas y alegrías. Los personajes podrían haberse explorado más profundamente, si hubieran querido dar pie a más mañanas de sábanas entre pieles, o como sea el orden sábana-piel piel-sábana.
Algo incrédulo se quedó el personaje, y sin embargo y con una triste sorpresa, cuando ella ya se había marchado, se dio cuenta de que empezaba a darle un poco igual, no solo ella, sino un poco todo, a la mierda.

Y en su cabeza solo resonaban las palabras que una triste personaje, que marcó con su repentina aparición y desaparición la vida de otro triste personaje, todo sacado de "la novela río más espectacular jamás escrita" (según numerosas revistas de crítica literaria y semanarios culturales): "No entiendes nada, Jon Nieve". El personaje no entendía, no comprendía si alguno de los dos acababa ganando algo, ni quién fue el que abandonó, ni si lo hizo antes de tiempo, ni quién coño es el muerto, el perdedor.

[...]
le prometí el cielo
y nos quedamos en las nubes
y yo perdido en tu paraíso de lunares
entre tus círculos[...]- Lejos del Cielo, Suite Soprano & Cheb Rubën

lunes, 3 de diciembre de 2012

Salida de Emergencia

Ven, le dije, ponte aquí, solo tienes que enfilar bien el pasillo y confiar en mí ¿Ves la ventana, visualizas el salto, la luz? ¿La que entra por la ventana del fondo? Sí, ésa, enfílala. ¿Qué tengo que hacer? Lo primero, armarte de valor, ¿Tienes valor suficiente? (Y una duda cruzó como una centella sus ojos). Tienes que enfilar el pasillo y correr lo más rápido que puedas, tienes que romper la barrera de la racionalidad, tienes que visualizar el salto. ¿No me voy a hacer daño? Solo si piensas, si te decides a correr, no pienses, no puedes dejar que asome ni un solo pensamiento. ¿Qué pasaría? Eso no importa ahora, porque lo harás bien, solo concéntrate, y acepta que a partir de aquí no sabes nada. ¿Y cuando salte? Pues cuando pises el alfeizar tuerce a la derecha, que yo te recojo desde mi habitación ¿Puedes estar en dos lugares a la vez? Claro que sí ¿Acaso no estoy ahora mismo en tu mente y allá? Prepárate y corre ¿Y si lo hago mal? Pues te habrás tirado al vacío de lo desconocido, que es como un pozo que no se sabe ni cuantos metros se acerca al infierno ni si tiene agua para amortiguar los golpes.  Yo no quiero que me pase eso. Pues no lo pienses, le dije, no pienses más y corre. Y ármate de valor, y si dudas, ni lo intentes y olvídalo todo.



sábado, 24 de noviembre de 2012

Top of the World

-Estoy loca.
-¿Por qué?
-Noto que pasan los minutos como horas, pero después llega el fin del día y me da la sensación de que no hay sentido en mi mundo, que no hay razones para nada. Espero algo que no llega, algo que debería traerme la felicidad envuelta como si fuera un regalo de la vida. Pero no llega, me aferro a clavos ardiendo que me queman en frío.
<La vida y el amor son una mierda, vamos cayendo de brazo en brazo, pero las caricias se tornan puñetazos cuando nos damos cuenta de que mecemos nuestras esperanzas con ilusiones vanas, ilusiones de humo que se van con el mínimo viento. Me duele el amor, me duele como si me pegaran puñetazos con cada palabra. Me persiguen los malos sentimientos, calibro mal a las personas, me arrimo a las malas, a las que van a matar, al asalto de mis sentimientos. Nadie pasa más allá de mi piel, más allá de mis palabras ni mis pupilas. Me han saqueado la felicidad y la han esparcido.>
-Pues yo hoy fui al supermercado y vi muchas cosas.
-...
-Vi a una mujer mayor comprando pan y bollos de leche, a una familia que era feliz. Un niño me atropello con un triciclo, me miró y se rió de mí con unos ojos pícaros y malvados. Había también una rumana en la puerta que pedía dinero, pero nadie le hacía ni caso, ni siquiera yo, que pasé a su lado y escuche cómo me pedía una moneda mientras me juraba que Dios me lo pagaría, pero hice oídos sordos a la pobreza ajena, pasé de ella como si fuera un bulto, una cosa inanimada. Vi también a una chica de mi clase, que fumaba un cigarrillo mientras esperaba a que el semáforo se pusiera en verde, un vagabundo se acercó y le pidió un cigarro, ella dijo que no tenía más, pero dando una última calada le dio lo que le quedaba de cigarro, y estoy seguro de que es el cigarro con más amor y más dulce que ese pobre desarrapado ha recibido jamás.
-Lo que me dices no me dice nada...
-Porque perdemos el tiempo hablando, perdemos el tiempo teniendo cosas que pensar, cosas que hacer, cosas que inventamos y nos imponemos para truncar nuestros planes, nos ponemos la zancadilla, nos borramos las posibilidades. ser feliz es una actitud, no caerá del cielo un regalo, ni una fiesta ni un hombre ni un ángel que venga a otorgarte la felicidad. Me hablas del amor como de un sistema, como si fuera algo programado, algo que existe y que tiene un detonador que lo acciona y pone en funcionamiento.
-Pero... a ver,... no, es que....
-Existe el amor, puede estar envenenado, confundido, ciego, sordo, mudo, dulce, ácido, amargo o edulcorado. Eso para zanjar el tema del amor. Y a veces parece que vivimos para morir, para que la gente vaya a nuestro entierro y que aparezcan esquelas con nuestros nombres en los periódicos.
-... ¿Qué hacemos entonces?
- Pues estamos perdiendo el tiempo, perdiéndonos en más y más cavilaciones que no llevan a ninguna parte, porque no sé tú, pero llevamos dos horas hablando de la vida y del amor, y a mí me da la sensación de que no hemos hecho nada, y lo único seguro es que las bolsas de plástico que traigo del súper van a vivir varios siglos más que tú y yo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

En algún lugar entre Baudelaire y Bukowski

Ven acá, cara sucia, no tengas miedo y dame la mano. ¿Te apetece dar un paseíto por los arrabales del alma de esta ciudad pesada y fea?
Yo la verdad es que estoy un poco asqueado de tantos viajeros y transeúntes.
Podríamos irnos al campo a buscar un monte en el que huir del sonido mañanero, de las bocinas de los coches y de las sirenas impertinentes de ambulancias y policías.

Podría guardar todo mi mundo en tu ombligo,
y guardarnos también las noches entre estancos de tabaco abiertos las 24 horas, y las botellas vacías que compramos en destilerias turbias como el aire que respiramos sin querer.
Podríamos besarnos en los callejones mugrientos, y tumbarnos las tardes a la sombra de los monumentos de las grandes avenidas del mundo, a la vista de los animales, que curiosos, nos miren sin entender,
sintiendo nosotros por ellos la envidia que les daría nuestro amor, si supieran de ello.

Ven, sucia, y andemos un viaje de ida y vuelta al Infierno,

y al final, en este asiento duro de madera,

se encuentra mi alma sentada sin pena ni gloria.


Mi alma tirada en este triste agujero de ciudad,

en este triste rincón, del parking de autobuses del aeropuerto de

Madrid.











viernes, 2 de noviembre de 2012

Nada más lejos

Quita la música, quiero hablar.

Dime.  ¿Qué haces aquí?  Espero.  ¿A qué?  A nada.  ¿Quién es ella?  Todas y ninguna  ¿La esperas a ella?  Nadie va a venir.  ¿Y eso te preocupa?  Lo cierto es que, en el fondo, menos de lo que cree.  ¿Esperas a que alguien llame?  Nadie va a llamar.  ¿Entonces que estás haciendo?  Solo estoy haciendo tiempo.  ¿Y el tiempo cómo se hace?  Pues esperando.  ¿Y esperando a qué?  Pues a que las cosas se encaucen por donde deben.  ¿Y para eso se vive, para que las cosas se encaucen solas?  A veces no se puede hacer nada.  ¿Y para eso vives?  En realidad, para eso muero.  ¿Y no te pone triste?  De a ratos triste, de a ratos tierno.  ¿Si no esperas a nadie, entonces porque no haces nada?  Porque sí espero al sueño, a dormir y que llegue mañana.  ¿No esperas más de este día?  Lo cierto es que no, ya es tarde.  ¿Y por qué no duermes?  Porque llegaron las preguntas.  ¿No las llamaste tú?  No, las llamo mi soledad.  ¿Y eso no es culpa de ella?  

Puerta.

-Oye ¿Tú sales hoy o qué?- pregunta el compañero de piso.
-Que va, estoy muy cansado. Ya si eso mañana.
-Vale, pues que duermas bien.

Oye cómo se van sus compañeros de piso, se levanta de la cama, va a la cocina y se prepara un té rojo. Se sienta a la mesa y espera un rato. Solo hay silencio. La casa está vacía.

Yo sigo aquí.  ¿Y te creías que yo no?  Pues entonces vuelvo a la música.

Cascos. Sorbe el té. tragos cortos. Por hoy, ya no hay más preguntas.



Cuando todo se torció dije: “¡Dios qué pasa!
¿Sigues en esas? cambia de página”
borra las lágrimas, y yo en las últimas
olvidando penas con ginebra y lima.
Siguiendo los puntos de tus chacras
Empecé a vivir, cuando me deshice de mis lacras   - Nada más lejos- Suite Soprano

sábado, 27 de octubre de 2012

"¡Venceremos!" El Potemkin como Filosofía


Insurrectos, rebeldes, insubordinados, ingobernables y románticos. Muertos de amor.

Los marineros del Potemkin decidieron tirar al capitán por la borda y bombardear el cuartel general de Odessa en respuesta a la masacre del Régimen. Pasara lo que pasara, los marineros del Potemkin decidieron ser libres, decidieron que la esperanza de la victoria efímera bien podría valer un exilio, una persecución e incluso la muerte.

El Potemkin es muerte y fracaso.

Pero el Potemkin es el despertar de la esperanza, el poso de la Humanidad. El Potemkin son la fraternidad y la dignidad insurrectas, perpetuadas en el exilio y el recuerdo. Potemkin es reconquistar las riendas de tu vida y compartirla con los demás. Potemkin es recuperar el sentido heroico de la vida.

Hoy, 107 años y casi 5 meses después de todo aquello, cabría la pregunta sobre quién venció cuando los marineros de la escuadra que tenía que hundir el Acorazado como represalia, decidieron que lo único que saldría de los cañones que apuntaban a sus camaradas sería el mudo silencio de la conciencia.

Me pregunto cómo podemos convertirnos en los marineros insurrectos de este Acorazado Potemkin que es la vida, para darle la vuelta al mundo, sacudirlo, y quitarle toda la mierda.

jueves, 18 de octubre de 2012

El beso de Gericault




Podría verte esta noche, y sin decir nada, como de costumbre cuando el absurdo mundo mira, infiltrarme a propósito en la negrura de tus pupilas.
Iniciaría esta noche la exploración de todas tus esquinas, de todos tus rincones y sitios desconocidos. Querría iniciar la humedad del alma, la libido del ser.
Quiero reestrenar tu alma, y sentir como un pulso débil, apenas audible, se acompasa incomprensible al mío. Sin aviso previo y recuperando su libre albedrío.
Quiero notar tu piel a mi piel desnuda, como si no existiera el tiempo, como si nunca fuera a dejar de llover por ahí afuera. Tus pesares a mis andamios, tus ruidos a los míos.
Esta noche prometería sobrellevar mis derrotas y procurar nuestras victorias, por nuestras penumbras de noches en vela, de persianas bajadas y cortinas echadas.
Quiero colonizar tu espalda. Explorar las plumas de tus edredones y anidar allí, tu suavidad con mi boca, tu cintura con mis manos, con mi saliva la tuya.
Déjame enredarme entre tus piernas, y albergar una mínima esperanza entre tus labios.

//Me quiero atrincherar/ entre tus pechos mágicos
/son tan sublimes y tan poco diplomáticos/
/soy un lunático, un payaso/
/antifascista como el Gernika de Picasso//


sábado, 6 de octubre de 2012

Muertos de Amor, 1848




Los verdaderos revolucionarios, los muertos de hambre de la historia, siempre han querido trasladar el mundo que llevan en sus corazones hasta el mundo real. Un mundo que el enemigo llama utopía, y por el que la dignidad insurrecta se levanta y cae cada día.

La utopía de los muertos, las utopías de la pasión desenfrenada.

La mujer que descansa inerte en el centro de la acuarela, será para mí el único amor platónico, mi único amor de pigmento y agua.

Los muertos de amor, y este grupo en concreto, descansarán para siempre sobre los adoquines de su barricada. Aún cuando de ellos no quede ni el polvo de sus huesos, permanecerán en la memoria pictórica del capitán de artillería Ernest Meissonier.

Un año después venderá esta obra a Delacroix, pintor de las obras heroicas de la Libertad guiando al pueblo, mientras que la Libertad esta ahora descansando inerte sobre los adoquines de La Barricada, durmiendo apacible con la utopía tirada y desparramada por el suelo, manchada de polvo y salpicada de sangre.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Palabras a golpe de pincel

Voy a sacarme estas palabras enquistadas sin orden ni concierto.
Me encuentro en combate monumental con mi alma, reventándonos las yemas de los dedos, arañando sentimientos insubordinados.

Echaremos un tequiero y un odio-te.

Te quiero tener espalda con espalda, piel con piel, cuerpo a cuerpo.

Mis planes de fuga eliminarán la línea, acabarán con el triste academicismo de la rectitud. Vamos a pintar un mundo libre, de colores y tonos vaporosos. Nuestras tempestades serán al gusto de Turner, y nuestras angustias serán el grito de Munch.

Vamos a inventar un mundo donde los sueños serán tan abstractos como un Kandinsky, formales como Mondrian y perturbados como Bacon.

Seremos insolentes como Blake, y mientras, Lautrec sonreirá y nos retratará en nuestro triste, minúsculo y encantador ático parisino, mientras nos desperezamos e iniciamos nuestras vidas tras el simbolismo de nuestras noches.

Te quiero tener espalda con espalda, piel con piel, cuerpo a cuerpo.

Quiero que me acompañes a un mundo sin lineas ni dibujo, donde tus ojos serán ventanas veteadas de color.

domingo, 3 de junio de 2012

escanear2831

Me acuerdo perfectamente de esta foto. Me acuerdo a pesar de que era apenas un niño, y se supone que de esas edades recuerdas lo básico.
Ni siquiera recuerdo la época del año, ni la estación ni el día ni el mes. Nada.
Recuerdo la lluvia, no sé bien si durante o justo después de la cena. Recuerdo el porche, y todos pegados a la pared (como se aprecia), encendiendo y tirando cohetes, bombas de estruendo, bengalas, ... No recuerdo qué se festejaba, ni muchísimo menos si era importante o no.
Recuerdo que tenía la sensación de que el mundo se acababa ahí, justo al borde del porche, en una noche tan oscura que no dejaba ver más allá.
Todos desprevenidos, riendo, saludando otros con la V, cuadrados, distraídos, malhumorados, ... Todos alegres.
Hay momentos, como es el caso, en los cuales una fotografía vieja y antigua, quemada por la luz del flash, te pueden devolver a días tan apacibles como aquel. En medio de la noche lluviosa, tirando petardos y bombas de estruendo contra la noche oscura. Noches que te alegras de recordar, pero que te entristecen al pensar que forman parte del pasado, de una fotografía vieja y quemada, con los compañeros de la Patria Sur, del mundo al revés y el guantazo de realidad.
Pero, sin embargo, la vida no tendría sentido sin la fotografía. No tendría sentido olvidarse de la noche oscura, de las bombas de estruendo, de la lluvia, ... Y de alguna manera me regocijo al sentirme reconocido en esa foto, junto con toda la gente querida y añorada.
No tendría ningún sentido vivir y perder el recuerdo de aquel día, aquella época pasada en la que todos los recuerdos parecen bailar y saltar de una foto a otra.

No tendría ningún sentido si no fuera por la noche con los compañeros de la Patria Sur, los amigos que, pase lo que pase, saludan con la V de Victoria.

Llanto heleno

Se reedita en Alemania Mi Lucha,
mientras el heleno suspira,
al rugir de mil estómagos.

Rompen huchas por el comer precario,
los miles de salarios,
que se cansan nada más nacer.

Sube el vino,
los desgastes de zapatos,
de este arrabal ingrato
sin tintes al renacer.

Llora, llora,
niño heleno,
que entre mil días de penar,
quizás,
encontrarás la nana explosiva
que frene y amanse tu existencia,
renegando, por fin,
de la paciencia,
de los mil kilómetros de sal.

jueves, 31 de mayo de 2012

Tardes habaneras

Despierta el verano por levante,
del oriente al occidente,
del Pinar hasta Guantánamo.

Por calle del obispo,
van las niñas anunciando,
melodías del sol de mayo,
adornadas con tierno andar.

Se pone el sol,
dorando y bañando la terraza,
suenan las maracas y el son,
la alegría nocturna, en ciernes.

Se mandan a bailar,
a beber elixir de azúcar.

Y ya,
no doblan las campanas.

martes, 29 de mayo de 2012

Desfases

La pobreza no desfasa,
el niño pobre, famélico,
la favela mísera, lo marginal,
no pasa la moda.

Por cada atragantamiento norteño,
mueren mil sombras de golpe,
con el estómago vacío y el cargador lleno,
con las bocas llenas de suspiros.

El loco sufridor, el romántico,
el loco guerrillero de la selva,
el machetero, el sandinista,
andan todos desfasados.

La pobreza heredada,
la jaula de la lengua cortada,
la muerte de los nadie, los nada,
hay ideas que no se dejan desfasar.

sábado, 5 de mayo de 2012

Mentiras piadosas

Las noches mueren,
agonizan,
incluso demasiado despacio.

Bastaría con decir mentiras,

Me matas.
Te mueres.
No estás.

Bastaría con negar lo evidente,
lo que vemos los dos.

Bastaría con sacar,
de los ojos,
la puta verdad.

De la mente,
las imágenes.

De la memoria,
los recuerdos.

Ya no te quiero.
Ya no te amo.
Ya no te extraño.
Ya no te espero.

Bastaría con creerlo,
y aún así,
mentira es no echarte de menos.

Y aquí, el único extraño soy yo.

sábado, 28 de abril de 2012

Gigantomaquia

Me preguntaba,
si los árboles de París,
se habrán cubierto ya
de hojas verdes.

Me preguntaría,
si tuviera algún sentido,
si entre los Montes de lo falso
hubo tiempo alguna vez
para el ocaso de la verdad,
y así haberla vivido
aunque sea un poco.

Me pregunto ahora,
si los escalones de Montmartre
serán bañados,
por el sol de la primavera.

miércoles, 25 de abril de 2012

Y mientras, en Jutlandia...

Se engrandece el macho nacional,
ante el panorama
del recorte en inteligencia,
desparramada a muerte,
de Tarifa hasta Gijón.

Se retuerce con brío la tristeza,
mientras la maleta del falso Erasmo,
viaja llena de cerebros hacia un extranjero incierto
con ápices de esperanza.

Se exilian las lágrimas
en vuelos low cost,
mientras el acento castellano
se desprende del español.

Se queman las naves,
se evacuan los cuerpos,
se graban los recuerdos.

Se parte lejos,
se huye del euro,
del dolar
e incluso de algún peso.

Y mientras,
en Jutlandia,
la paz de la corona impera
navegando sobre el naufragio.

sábado, 14 de abril de 2012

Durante el Concierto

Aquella tardenoche, durante el concierto, ella debía de estar ahí, si no me mintió cuando me lo dijo, apenas estaría a unos metros de mí. Cantaría y aclamaría a aquel viejo y oxidado cantautor tan alto como yo, con las manos levantadas y apuntando al cielo. Ella estaba allí, de pie, apenas a unos pocos pasos de mí.

Y yo, aún, no tenía ni un lejano ápice de esperanza en su existencia.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Alucinación de una noche de protoprimavera

-¿Vienes?- me preguntó mi colega.
-Ahora entro, voy a fumarme otro...

Mis amigos se metieron en el bar mientras yo me encendía otro cigarrillo y miraba hacia la calle oscura, vacía y apenas iluminada por algunas farola de luces débiles. Di varias caladas mientras miraba el cielo, casi sin estrellas, de la ciudad. No hacía frío, ya acechaba la primavera desde los rincones.

Miré entonces a un lado y allí estaba yo, de pie. Había aparecido de improviso, fumándome un cigarro y con la vista en algún lugar. Al principio me asusté, era yo mismo el que estaba a mi lado, fumándome un cigarrillo y mirando hacia cualquier parte. Me armé de valor y hablé.

-¿Qué haces aquí?
-Lo mismo que tú, emborracharme, fumar...

Ya sabía a qué había venido, yo estaba allí para tocarme la moral, molestarme y soltarme un par de golpes.

-¿Sabes que la quieres no?
-No digas idioteces, qué sabrás tú...
-No seas estúpido- dijo mientras me dirigía una mirada un tanto burlona-. Ya sabes lo que hay.

Iba vestido igual, examiné su figura. Era más alto de lo que pensaba.

-No estoy seguro.
-Bueno, es normal, pero ten los pies en la tierra, decidas lo que decidas.
-No creo que la quiera- me miré entonces con severidad.
-A mi no me puedes engañar, ya te digo que es lo que hay. Y si te lo digo yo, va a misa, lo quieras acatar o no... No puedes escondérmelo.

Me miré con una mezcla de resignación y rabia. Tenía razón, ese papel de duro me venía un poco grande.

-¡Oye, tú! ¿Vienes o qué?- mi colega me llamó desde la puerta del local, yo ya no estaba fumando.

Yo había desaparecido, y estaba de pie, con la colilla del cigarrillo apagada y aún en la mano. Al fin reaccioné.

-Sí, sí, claro- tiré la colilla al suelo y la pisé un poco a pesar de que ya estaba apagada-. Vamos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Detalles de un año entero I

La luz cambiante del final del día,

Aulas amarillentas a partir de las doce, color de pergamino,

Mentes despiertas al calor del invierno.


Así es la protoprimavera.

jueves, 26 de enero de 2012

D(e)udas

Las deudas son algo que a veces no desaparecen, por puro vicio cebado de intención.
Las hay que crecen por masocas, se alimentan, vuelan y se estampan como letras rayadas contra el techo.
Hay deudas preciosas, embaucadoras, lentas y lunáticas, cautivadoras...
D(e)udas con mi corazón, por tu suavidad y tu espalda, por tu boca, por tu sexo, tus brazos, y por tu piel

martes, 17 de enero de 2012

Tender is the night

La cubierta del Blue Coast, uno de los barcos de recreo más frecuentados por las familias de clase media-alta de toda Europa y Norteamérica, era barrida suavemente por una brisa estival, fresca y suave, acompañada por el leve murmullo de los motores, y el agua rasgada por el avance del crucero. El ruido de los motores era apenas audible, y las sombras de las grandes chimeneas, que habían disminuido su humear hacía unas horas, proyectaban unas sombras que oscurecían la parte de la cubierta donde yo me encontraba esperando, de pie e impaciente, a que ella llegara.

Me apoyé con los codos sobre la barandilla y me encendí un cigarrillo. Desde aquel lugar podía escuchar el ruido de la fiesta, la música, el Champagne descorchándose, los gritos y las canciones que mis familiares cantaban, ya con una borrachera considerable,afanándose en pasarlo bien antes de volver a sus vidas en el lejano continente americano. Delante de mí se extendía el Mediterráneo, nocturno y veraniego, con su quietud de aguas característica y su suave brisa salina. De improviso, unas manos me abrazaron por la espalda y yo, casi instintivamente, tiré mi cigarrillo al mar y sonreí.

-Ya creía que no ibas a venir nunca- dije suavemente mientras ella apoyaba su mejilla en mi hombro, melosa.

domingo, 1 de enero de 2012

Preámbulo

Nos fundimos en un beso largo, para después quedarnos un poco atontados.

-Bueno, pues querrás descansar ¿Verdad?- dijo ella pícara.
-La verdad es que no estoy demasiado cansado-sonreí.
-Ah, ¿No?
-No- dije mientras mis dedos comenzaban a juguetear con el tirante de su vestido verde- Podríamos aprovechar lo que queda de noche.
-Bueno, pero mira que eso es poco tiempo- dijo mientras me tocaba con sus labios mi cuello y me rodeaba con sus brazos.
-Pues mejor. Así podré darte las buenas noches y los buenos días en el verde de tus ojos.