domingo, 1 de enero de 2012

Preámbulo

Nos fundimos en un beso largo, para después quedarnos un poco atontados.

-Bueno, pues querrás descansar ¿Verdad?- dijo ella pícara.
-La verdad es que no estoy demasiado cansado-sonreí.
-Ah, ¿No?
-No- dije mientras mis dedos comenzaban a juguetear con el tirante de su vestido verde- Podríamos aprovechar lo que queda de noche.
-Bueno, pero mira que eso es poco tiempo- dijo mientras me tocaba con sus labios mi cuello y me rodeaba con sus brazos.
-Pues mejor. Así podré darte las buenas noches y los buenos días en el verde de tus ojos.

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