domingo, 3 de junio de 2012

Llanto heleno

Se reedita en Alemania Mi Lucha,
mientras el heleno suspira,
al rugir de mil estómagos.

Rompen huchas por el comer precario,
los miles de salarios,
que se cansan nada más nacer.

Sube el vino,
los desgastes de zapatos,
de este arrabal ingrato
sin tintes al renacer.

Llora, llora,
niño heleno,
que entre mil días de penar,
quizás,
encontrarás la nana explosiva
que frene y amanse tu existencia,
renegando, por fin,
de la paciencia,
de los mil kilómetros de sal.

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