jueves, 25 de junio de 2015

IV (VII)


"¿Qué te ocurre en los ojos?"

Recibió la pregunta con extrañeza, mientras sujetaba el café del desayuno frente al lugar donde trabajaba. Podría haberle preguntado si había dormido bien o si estaba cansada, pero le había preguntado sobre la ocurrencia de sus ojos.

Se dibujaban unas líneas oscuras justo en la frontera de su mirada. La piel parecía hincharse  y guardar los restos de una batalla, refugiándose los supervivientes en algún lugar, en la profundidad de sus mejillas.

Ya había perdido la cuenta, y entre las líneas del almanaque se escondían escenas borrosas. Había ido naufragando su esperanza cuando todo lo inundó el ruido de las hélices, mientras la confusión se apagaba y comenzaba a enraizarse la piel en los huesos.

No supo responder qué le ocurría a sus ojos, que aún andaban haciendo balance de daños cada noche, mientras ella dormía. Algo sucedía y se cosechaba en las madrugadas, sin embargo, para el desayuno solo restaban la amnesia y carretes velados.



"Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado."

Juan Gelman

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