jueves, 8 de septiembre de 2011

What have I become, my sweetest friend?

Ayer me sumergí, entre estertores,
en las aguas
sobre las que normalmente sólo navego.

Até corto el olvido
y sentí solo la desazón
matutina y posterior,
desmaterializando mi conciencia
con alteradas pasiones y vicios comunes,
con la locura al ras de la lengua
y los ojos rojos y salados.

Porque, aún al trasluz de las cortinas
y la penumbra de las persianas mal bajadas,
pude ver por mi cuarto las verdades correr,
desenfrenadas y liberadas, quizás,
en el momento inexacto.

Decidí,
que mandar los temores al carajo era lo mejor,
estrellado contra un muro de hormigón,
con la furia y la alegría
de la cierta incertidumbre,
la incertidumbre del día siguiente,
la incertidumbre de las vergüenzas más allá de las gargantas.

Sin pensar antes ni ahora en el irrisorio perdón, disculpando todas las verdades necesarias.

Indignado a tí,
a tus ojos
y a tus nombres y cargos,
sujetos con alfileres
por los cantos dibujados
de las yemas de mis dedos.

1 comentario:

  1. "Porque, aún al trasluz de las cortinas
    y la penumbra de las persianas mal bajadas,
    pude ver por mi cuarto las verdades correr,
    desenfrenadas y liberadas, quizás,
    en el momento inexacto"

    Qué malo es cuando se exhiben las verdades así como si nada ;)

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