viernes, 21 de octubre de 2011

Novela sin título III

Y allí estábamos, casi veinte años después, con sus cenizas encima de la mesa del bar de Rodrigo, y con nuestras bebidas y nosotros mismos alrededor, mirándolas sin hablar de ellas, ignorándolas como si allí no hubiera nada, como si se tratara de un florero o un servilletero que no se merece más atención que una ojeada rápida de vez en cuando.

1 comentario: